Diario de una vida

Diario de una vida
Lo que he aprendido hasta el día de hoy...

lunes, 2 de agosto de 2010

Un amor más allá de lo imaginable

Parece que todos conocen a aquel que tanto quiero conocer. Hoy, a la hora de la comida, dos de mis tías estaban hablando de esa persona que, a pesar de no conocer aún nada más que su nombre, ha pasado a ser alguien importante para mi. Y ellas no podían saberlo. Mencionaron algo sobre él, sobre lo guapo que es, y una de ellas volteó a verme, ya que, dice, es casi de mi edad, unos cuantos años más grande. Le dije de broma que entonces lo presentara, pero la broma no continuó. Es increíble; tuve que fingir no saber de quien hablaban, pese a saberlo mejor de lo que creen. Y es que, la primera vez que lo vi, lo que más me gustó fueron sus ojos. Es extraño: ellas hablando de lo guapo que es, y yo, que no puedo recordar como es su cara, sólo pensando en esos lindos ojos, y esa maravillosa voz. Y es verdad, no puedo recordar nada más de como es. Después de haberlo visto por primera vez, lo olvidé. Era 11 de julio, y volví a verlo hasta el 25. Lo encontré casi de frente, y fue por eso que lo reconocí. Y así será la próxima vez que lo vea: sólo lo reconoceré cuando lo vea, aunque sea solo por un breve instante, lo que dura un suspiro, no más de una sola mirada cada vez. Y quiero conocerlo, pero no me atrevo a pedirle a ninguna de mis tías, o a mi prima, que me lo presenten. Por otra parte, ¿qué pasaría después? ¿Podré seguir sintiendo el amor sin el sentimiento de posesión? Eso es algo muy difícil, nadie está acostumbrado a hacerlo. Es más fácil así, de lejos, a la distancia y en el anonimato. Pero si se da la oportunidad de conocerlo, trataré de no desaprovecharla; sería para mí como una señal de que estoy lista para conocerlo, y para lo que venga después. Si no fuera posible, no importaría demasiado, este sentimiento fluiría tan libre como fluye ahora, más allá de una ilusión, de un amor platónico,o de una obsesión,  pues es lo que me impulsa a seguir las enseñanzas que he recibido de la vida y, por tanto, tratar de ser mejor persona; no por él, sino por mí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario