Diario de una vida

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Lo que he aprendido hasta el día de hoy...

miércoles, 4 de mayo de 2011

Por una sonrisa

20/dic/2010
Estando los dos tan alejados, los dos tan ocupados, tan inmersos en nuestras respectivas ocupaciones, tan inmersos en nuestro propio mundo, encerrados en lo desconocido que nos intimida, sólo fue necesario sonreir para establecer una comunicación sin palabras, y, por lo mismo, más perfecta. Sólo un destello de luz, que iluminó por un instante, pero una sonrisa llamó la otra, sin saber cual de las dos fue primero. Sólo eso, y entonces, viene la verdadera magia, de poder llamar a alguien tu amigo a pesar de que casi no han hablado, y ni siquiera hubiera una verdadera presentación, porque ninguno ha mencionado su nombre, y no necesitan ese apelativo para llamarse, para empezar de nuevo una conversación, que puede que ni siquiera suceda. Pero ya sé su nombre, y él sigue sin saber el mío, ¿la razón? una conversación casual, que desemboca en poder ver la credencial de la escuela en la que estudia, como si quisiera demostrar que dice la verdad, como si creyera que es necesario para que yo le crea. Y aunque no necesariamente lo es, es la razón de que conozca su nombre.
Ninguno de los dos con el suficiente valor, y cada uno tras una barrera que parece infranqueable al otro. Tan separados por cuestiones ajenas, pero sin las cuales no se hubieran conocido. Sólo hace falta que uno, sólo uno, quiera establecer una conversación hablada, pero ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Dónde? Esas barreras puede que si sean algo infranqueables.
Pero por una sonrisa, sólo por poder arrancar de sus labios una sonrisa, cualquiera se podría atrever a más; o sólo con una conversación banal, pueda establecerse otra más profunda; y es que detrás de cada tontería pronunciada por otras personas, detrás de cada ocurrencia, viene el contacto visual mientras la sonrisa permanece, como si dijera "mírame, mientras dura este pretexto bajo el cual puedo mostrarme". Y luego, las miradas que se buscan, ojos que buscan al otro, en un pequeño lugar, mientras permanezcan cerca, y que lo siguen con la mirada, y que quisieran poder hablar por sí mismos, pero sin lograr que su mensaje sea entendido.
Pero por una sonrisa, ya es mi amigo,...

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