Diario de una vida

Diario de una vida
Lo que he aprendido hasta el día de hoy...

miércoles, 1 de junio de 2011

Escuela y educación

Ya desde muy niños nos mandaron a la escuela. Apenas de seis años y ya hay que ir a la primaria. Después, resulta que también hay que mandar a los niños al kinder, mínimo un año de los tres que son, pero ¿para qué tanta "educación"?
La calidad en las escuelas es, mayormente, mala, por los maestros sin vocación que se dedican a "moldear" las mentes jóvenes; total autoritarismo por parte de esos mismos maestros, de la idea de que los niños tienen que obedecer a todo lo que ellos digan (aunque sea incorrecto).
Y si un niño va mal en la escuela, rara vez se dedican a encontrar las causas de ese bajo rendimiento escolar que pueden ser desde problemas en su casa, hasta problemas con sus compañeros, o de autoestima.
Incluso sin esos problemas, los niños odian ir a la escuela. Sea por las tareas, los trabajos, los maestros, por la extrema competividad entre compañeros, porque los comparan con los otros, por pensar que lo que aprenden allí no tiene aplicación práctica en la vida (creo que todos nos hemos preguntado, más de una vez "¿y esto para qué me va a servir?"). Lo único bueno de ir a la escuela es poder ver a sus amigos, y salir al recreo con ellos.
Luego, en la secundaria, en la preparatoria y nivel superior, vienen las llamadas "políticas de calidad". Que hay que analizar el desempeño de los estudiantes con un examen para ver en que área se debe mejorar el desempeño. Para mí, esto es una farsa, pues en las escuelas, o no le toman la "importancia" que tienen a esos exámenes, o hacen que los alumnos estudien de más para que su escuela obtenga un buen resultado. Y, entonces, es obvio que el resultado no refleja para nada la calidad de la educación.
Además, en la escuela se asesina a la creatividad, inculcándoles a los alumnos un pensamiento cerrado, de conocimientos limitados (que es un poco de todo y por lo tanto, nada en realidad), de poca aplicación práctica en la vida. Les enseñan a ser "útiles" para cualquier trabajo al que se dediquen, que es lo que buscan las empresas en realidad: alguien con mente moldeable y que sea flexible a cualquier cambio en sus actividades laborales. 
Por eso es que los jóvenes alumnos deberían abandonar la escuela cuando quieran, para dedicarse a aquello que realmente quieren y les interesa, para seguir su vocación aunque no tenga una gran demanda en el mercado laboral y, sobre todo, dejar de ser un borrego que se mueve a la voluntad de otros y salirse del montón, para ser la persona única e incomparable que es.

No hay comentarios:

Publicar un comentario