Diario de una vida

Diario de una vida
Lo que he aprendido hasta el día de hoy...

miércoles, 22 de febrero de 2012

Goodbye my lover

18/feb/12
Renuncié al chico que me gusta, y no pude evitar sentirme triste. Parecía que ya nada tenía sentido; si estaba o no con él era algo que ya no importaba, y casi parecía que nunca importó realmente. Mas sin embargo, algo faltaba, y no era su presencia, no era su amistad, no eran sus palabras, o su risa, o su tierna mirada; era algo que parecía ir más lejos todavía que todo eso junto, y es lo único que nunca podría tener para mi.
Toda una semana sintiéndome triste sin saber porque, enojándome por el hecho de estar triste, y poniéndome triste por el hecho de enojarme. Parecía un círculo vicioso autodestructivo, y no podía soportarlo más. Y lloré una vez más por él, por todo lo que me falta, por el hecho de haber renunciado a la idea de conquistarlo, más una combinación muy rara de las cosas que me habían pasado, de que nada parecía salir como yo lo esperaba, y mis sueños parecían desmoronarse a mi alrededor. Y quedó demostrado, una vez más, lo bueno que es llorar para desahogarse, dejar que todos los sentimientos fluyan en forma de lágrimas hacia el exterior, en lugar de estar deshaciéndonos en el interior. Así que no es una muestra de debilidad, como alguna vez llegué a pensar, sino una válvula de escape de todo aquello que nos hace sentir mal.
Y ahora estoy mejor, aunque no me siento del todo tranquila, sino más que nada resignada. Ahora menos que nunca podré intentar tener algo con él. Ahora que me gusta alguien más, y que les gusto a otras personas, quisiera darme la oportunidad con alguna de esas personas, a pesar de que no puedo dejar de pensar en él. ¿Será eso tan malo? ¿Significa acaso que me equivoco, que mi razonamiento es erróneo? 
No sería la primera vez, y realmente renuncié a él así que ¿por qué no tener una oportunidad con alguien más?

domingo, 19 de febrero de 2012

Historia imaginada

15/feb/2012
Tal vez, al final de todo, solo se trataba de mi imaginación, tan loca y desbordante como siempre. Quise escribir una historia en donde no la había, ver cada capítulo como yo lo veía, a mi propia conveniencia, de forma inconsciente y romántica y loca y, sobretodo, imaginaria. Porque al final, nada fue real. Es imposible, después de todo, que yo pueda ver lo que pasa con cada persona, lo que piensa cada uno, la motivación detrás de su acciones; sobre todo cuando apenas y puedo ver las mías.
Fue lindo imaginarme todo eso, imaginar el significado de cada sonrisa, de cada mirada, de cada gesto cariñoso y protector; lo malo empezó cuando la imaginación decidió ocupar el lugar de la realidad, aún sabiendo que es imposible, y entonces todo resultó como tener una venda en los ojos, que no me dejaba ver la realidad, pero que nunca fue garantía de que lo veía era cierto.
Ahora, tras una profunda decepción, un conocimiento ligeramente mayor de mi misma y mis limitaciones, no sé que sigue.
Aunque la sorpresa del día a día siempre es mejor, quisiera poder tener alguna garantía de que mi imaginación no me ciega de nuevo. Y es que, una vez caída la venda, el golpe hacia la realidad fue muy fuerte.
Pese a todo, quiero mantenerme siempre positiva, alegre, ser yo misma bajo cualquier circunstancia, y nunca cederle el mando a mi imaginación otra vez.

viernes, 10 de febrero de 2012

Una mirada y una sonrisa

Soñé con una sonrisa, hermosa y sincera, que reflejaba los más tiernos sentimientos de cariño, de lo más profundo del corazón. Soñé con una mirada, que me veía a mi y solamente a mi, una mirada tierna y llena de amor, cariño e ilusión.
Y hoy, este día que parecía tan normal como siempre, pude ver esa sonrisa y esa mirada juntas en el rostro de la persona a quien quiero, como el sol asomándose de entre las nubes, llenando su rostro de luminosidad y alegría de poder estar con esa persona a quien obviamente quiere; mas sin embargo, ni la mirada ni la sonrisa iban dirigidas hacia mi, sino a alguien más, que por muy cerca que estuviera, era obvio que eran para ella, únicamente para ella, que a su vez esperaba ver una sonrisa de esas, y una mirada así, en el rostro de otra persona.
Fue duro ver como un sueño se convertía en algo tan cercano a una pesadilla; pero no puedo odiarlos, ni a ella ni a él, sino sólo desear que esa pequeña historia que apenas se empieza a formar llegue a un buen final.
Por otro lado, hoy también pude ver esa mirada y esa sonrisa, en el rostro de una persona a quien no conozco de nada, de quien ni siquiera sé su nombre, a pesar de verlo de vez en cuando, desde hace muchos meses. Fue tal y como la soñé, tal como me imaginaba que sería. Por supuesto, no fue la persona que yo quería ver así, pero no por eso fue menos mágico el momento. Una mirada así por supuesto que atrapa, y me deja la mente en blanco; y esa sonrisa me deja congelada en un mismo lugar, al tiempo que llama a mi sonrisa, sin que tenga control sobre esa reacción. Y siento como me sonrojo, y no puedo sostener su mirada, y bajo la vista solo para que no note esas reacciones involuntarias que provoca ver un sueño convertido en realidad.

viernes, 3 de febrero de 2012

Alguien especial

Sabes que una persona es especial, pero no sabes en que momento se convirtió en alguien especial.
Hay veces en las que, antes de darte cuenta, ya consideras a alguien una persona especial, sin pensarlo mucho, sin hacer nada, como si ese pensamiento hubiera estado en tu mente desde el principio. Y, cuando te das cuenta, puede ser demasiado tarde, porque cuando eso ocurre, no hay marcha atrás.
Pues por mucho que tratemos de controlar nuestras emociones, no hay manera de lograrlo; la mayor parte de la veces son las emociones las que nos controlan a nosotros.
Eso puede no ser tan malo, si se trata de un impulso de hacer algo bueno y mejor, pero no cuando se trata de algo que nos daña irremediablemente.
Me gustaría poder controlar esta emoción en particular, lo suficientemente bien para no extrañarlo, y no pensar en él a cada momento, y no tener que recordar cada momento que hemos estado juntos, de todo lo que hemos hablado, de las muchas veces que estuvo cuando lo necesité, de cada beso, de cada abrazo...quisiera no recordar nada...Pero parece inevitable.
Por mucho que intente ser fuerte, no lo logro del todo. Y cada que lo veo, llegan a mi todas estas emociones que preferiría no sentir por él.
Sin embargo, sé que no debo rendirme, que si bien no consigo olvidarlo, que incluso si ya es una persona especial para mi, debo seguir adelante con mi vida, no privarme de ninguna alegría, eso es algo que si puedo hacer bien cuando estoy con mis amigos o cuando tengo a alguien con quien hablar... a menos que ocurra como ahora, que llega la nostalgia en un momento inoportuno, y que lo único que me queda por hacer es escribir estos sentimientos que se desbordan en palabras, que quizá no lleguen a esa persona...