Diario de una vida

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Lo que he aprendido hasta el día de hoy...

viernes, 10 de febrero de 2012

Una mirada y una sonrisa

Soñé con una sonrisa, hermosa y sincera, que reflejaba los más tiernos sentimientos de cariño, de lo más profundo del corazón. Soñé con una mirada, que me veía a mi y solamente a mi, una mirada tierna y llena de amor, cariño e ilusión.
Y hoy, este día que parecía tan normal como siempre, pude ver esa sonrisa y esa mirada juntas en el rostro de la persona a quien quiero, como el sol asomándose de entre las nubes, llenando su rostro de luminosidad y alegría de poder estar con esa persona a quien obviamente quiere; mas sin embargo, ni la mirada ni la sonrisa iban dirigidas hacia mi, sino a alguien más, que por muy cerca que estuviera, era obvio que eran para ella, únicamente para ella, que a su vez esperaba ver una sonrisa de esas, y una mirada así, en el rostro de otra persona.
Fue duro ver como un sueño se convertía en algo tan cercano a una pesadilla; pero no puedo odiarlos, ni a ella ni a él, sino sólo desear que esa pequeña historia que apenas se empieza a formar llegue a un buen final.
Por otro lado, hoy también pude ver esa mirada y esa sonrisa, en el rostro de una persona a quien no conozco de nada, de quien ni siquiera sé su nombre, a pesar de verlo de vez en cuando, desde hace muchos meses. Fue tal y como la soñé, tal como me imaginaba que sería. Por supuesto, no fue la persona que yo quería ver así, pero no por eso fue menos mágico el momento. Una mirada así por supuesto que atrapa, y me deja la mente en blanco; y esa sonrisa me deja congelada en un mismo lugar, al tiempo que llama a mi sonrisa, sin que tenga control sobre esa reacción. Y siento como me sonrojo, y no puedo sostener su mirada, y bajo la vista solo para que no note esas reacciones involuntarias que provoca ver un sueño convertido en realidad.

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