Diario de una vida

Diario de una vida
Lo que he aprendido hasta el día de hoy...

domingo, 4 de marzo de 2012

Iguala

Por razones que parecían muy obvias en un principio, y no tanto ahora, no podía escribir sobre este pequeño viaje realizado en secreto.
Empezó porque, por alguna otra razón, nos quedamos con ganas de ir a Iguala, así que fuimos. Para empezar,había que encontrar un día, y el lunes 7 de noviembre no hubo clases en el tecno, por una reunión sindical o algo así, por lo que el día ya estaba decidido. Después, había que encontrar una forma de ir. Sara, Kary, Yetla y yo quedamos de vernos en el centro para tomar el autobús, a las 7:15 am. Yetlanezi se nos perdió de vista porque, aunque ya había llegado, ni Kary ni yo la vimos. Sara llegó un poco tarde también y pensamos que no iría.
Subimos al autobús, casi a las 8, sentadas las cuatro cerca, y yo con Yetla.
Llegando a Iguala, el chofer nos reclamó porque según no habíamos pagado ni Yetla ni yo, pero si. En fin, fue un malentendido que se solucionó, y terminamos pagando menos de lo que era.
En la terminal, donde están las bancas y los horarios y todo eso, nos estaban esperando Mike, Yayo (por fin pude conocer al famoso sr. Yayo), y Carlos. Como ninguna los conocía, ni ellos a nosotras, Mike se encargó de presentarnos. Y fue donde las cuatro dijimos los pretextos que hicieron posible que llegaramos: Yetlanezi fue al tecno, a sus clases como siempre (sus papás no sabían que no había clases), Sara también en el tecno, Kary fue la única que dijo que sus papás si supieron que fue a Iguala, y yo fui a casa de una amiga en Puente.
Lógicamente, se rieron un poco de nuestros pequeños pretextos. Luego salimos y esperamos a que llegara Jorge, ya que él vive un poco más lejos. 
Cuando llegó Jorge lo primero que hicimos fue ir a almozar. Pasamos por el parque donde según veríamos una ardilla por la tarde (que no vimos), y escogieron almorzar tortas. Lo más raro de todo es que yo prácticamente no llevaba dinero (de los aproximadamente $150 que llevaba, tenía que guardar $110 para el autobús), así que fue Yetlanezi la que tuvo que prestarme. 
Terminando de almorzar, fuimos a ver las tiendas, donde venden oro, solo por curiosidad, porque no podíamos comprar nada. Desde ahí, nos fuimos en taxi a ver el asta bandera, y una vista panorámica de toda Iguala. Estuvimos un rato, platicando, viendo los lugares a los que podíamos ir, oyendo sobre el servicio militar al que tenían que ir cada sábado, tomando algunas fotos, oyendo que Kary quería ir a Taxco (ella no quiso ir la vez que fuimos Yetla, Mike, Jorge, Álex y yo) y, sobre todo, oyendo las historias verdaderas de Yayo, sobre la laguna de Tuxpan, donde hay un pueblo en el fondo, y de vez en cuando se ve la punta de la iglesia, o la historia de terror de una capilla cerca del asta bandera. 
Eso hasta que decidimos ir a galerías. Caminando un rato, y luego en micro, y luego caminando. Mientras, seguíamos platicando, sobre lo que estudiaba cada uno, y todas las cosas tan raras que pueden decir 4 chicos tan locos como ellos. 
En galerías no había ninguna buena película para ver, y empezamos a ver tiendas de ropa, comprar un helado. En algún momento llegó una amiga de Sara, que se llama Elvira, con su novio, y se quedaron con nosotros. Luego comimos pizza, con salsa robertina, toda una novedad para nosotras.
Y terminando de comer, Mike, Jorge y Elvira con  su novio tenían que ir por sus maletas para regresarse con nosotras, ya que el martes (al otro día) si había clases. Carlos y Yayo tenían que irse también, por otros motivos, así que nos quedamos las cuatro solas. Eran poco más de las 4 pm, y teníamos que verlos a las 5 en la terminal, y por lo mismo no estuvimos mucho tiempo solas. Fuimos a la terminal en taxi, los esperamos un rato, compramos los boletos, y al fin llegaron, apenas a tiempo para alcanzar lugar en el autobús. 
Regresamos sin problemas, en un trayecto que duró creo más de dos horas, por lo que llegué a mi casa casi a las ocho. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario