Diario de una vida

Diario de una vida
Lo que he aprendido hasta el día de hoy...

domingo, 13 de abril de 2014

En resumen: gracias por tu amistad

Es una historia complicada, sin un inicio claro, y sin final todavía, o quizá con un final menos claro aún.
Todo parecía tan normal al principio, pero algo cambió de repente, y todo se fue abajo desde ahí. Una historia con tanta emoción, diversión, tristeza y tanto drama, que nunca la pude haber imaginado, ni en mis más locas historias llegué a escribir algo como eso. 
Pero llegó a un punto más extraño aún, en el que todos los problemas por los que pasamos parecen haberse difuminado, a pesar de que uno de ellos extienda su sombra de vez en cuando sobre nosotros; donde cada uno tiene sus propios problemas y preocupaciones, y los intenta resolver a su manera. Y en un extraño cruce de caminos, las preocupaciones se comparten con toda libertad, permitiendo mostrar un lado vulnerable de nosotros, que quizá no mostremos a nadie más, o no muy a menudo.
Es lindo saber que cuento con un buen amigo, con quien puedo hablar, y bromear, y reír, y sobre todo, que está ahí para apoyarme cuando lo necesito, que sabe decir las cosas adecuadas para levantarme el ánimo, incluso en los días en los que mi ánimo decae, y todo se ve peor de lo que realmente es, que resulta ser un hombro sobre el cual llorar, para dar un escape a esas emociones negativas que no permito que mi familia vea, para no preocuparlos más. Aunque no estoy del todo segura si esa actitud mía sea la correcta, sí sé que ellos son fuertes porque yo lo soy, así que tengo que seguir siéndolo.
No siempre digo todo lo que quiero decir cuando hablo, pero cuando escribo es diferente hasta cierto punto; y es que no sé si he llegado a agradecerle de la manera correcta todo su apoyo, sus palabras de aliento, sus mensajes de superación...
He tenido, y tengo amigos, que cuando les hablo acerca de una idea nueva, o algo que quiero hacer, y que me gustaría que hicieran ellos también porque es una gran oportunidad, lo que hacen es desanimarme con sus palabras de inseguridad: no estar listos, no estar lo suficientemente preparados, no ser lo suficientemente inteligentes, o hábiles, o no querer preocuparse por cosas que no les corresponden, no atreverse a intentarlo por miedo... No digo que todo sea malo, también tienen muchas otras cualidades, pero que están fuera de eso; la mayoría son personas muy religiosas, y eso está bien, resulta que a veces me hacen falta ese tipo de "mensajes". Pero por sí solos no son suficientes.
En cambio, tener a alguien con quien compartir metas y sueños, incluso aunque sean distintos para cada uno, es algo que motiva mucho, que me hace querer avanzar sin importar los obstáculos, porque me recuerda en el momento adecuado que con ayuda de Dios y mi familia podré superarlos, por muy difíciles que puedan ser.
Es claro que no se trata de una persona perfecta y sin defectos, pues como todas las personas, tiene tanto defectos como virtudes, y algunos de esos defectos me molestan de vez en cuando; sin embargo, al pasar por tantas situaciones, sé que es un buen amigo, al que he llegado a apreciar y querer con el tiempo, pese a todas las tonterías que hemos hecho los dos. 

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