Diario de una vida

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Lo que he aprendido hasta el día de hoy...

viernes, 29 de agosto de 2014

Consiguiendo reemplazos....

Aproximadamente a la mitad de la quinta semana, llegó una nueva compañera, que se llama Elizabeth, y todos le decíamos Ely, y que es de Oaxaca. Cuando ella llegó, yo no estaba, y cuando llegué, vi que me había ganado mi lugar, así que le gané su silla a alguien más. Tenía curiosidad de hablarle, pero me daba un poco de pena, sobre todo porque lo único que se me ocurría era preguntarle "¿tú quién eres?" y "¿qué haces en mi lugar?", pero no me parecía muy amable. Luego llegó Pedro, que había ido con Vianey a alguna parte, y se puso a platicar con ella de su proyecto, y explicarle como están las cosas en la empresa. Yo me uní a su conversación (me invité sola), lo que fue bueno, porque luego empezamos a platicar de otras cosas, y así fui conociendo a Ely. Los primeros días fueron más difíciles, porque cualquier duda que ella tenía me preguntaba a mi, o si no a Pedro, para ir a comer se unía a nosotros cuatro, o tres, los que estuviéramos, pero se tomaba su tiempo, así que no sabíamos si nos acompañaría o no; platicar con ella resultó ser difícil sin la ayuda de Pedro, porque ella tiene una personalidad muy curiosa, por no decir rara. Al poco tiempo me acostumbré, aunque seguía habiendo veces en las que me resultaba un poco desconcertante. Como la vez que fuimos nada más Armando, Pedro, Ely, Laura y yo a comer, y Ely terminó y se despidió y se fue, y a todos se nos hizo raro, pero la intenté defender diciendo que tal vez ella solo es tímida, y que los tímidos y serios nos reconocemos entre nosotros. Y fue ahí cuando Armando casi se ahoga por la risa, y Pedro y Laura también se rieron mucho, y no creyeron que yo soy tímida y seria, aunque si lo soy, al menos al principio cuando no conozco a nadie. Lo más extraño fue que Ely se adaptó más rápido que yo....
Por ese tiempo, ya llevaba mi ajedrez, aunque solo había podido jugar con Rigoberto una vez, y resultó que Ely también sabe jugar. Y uno de los nuevos amigos de Ely también sabe, y los dejé jugando a los dos después de perder terriblemente contra Ely. También le enseñé a Beidi a jugar ajedrez, y le gané, aunque al principio me estaba dejando ganar, él presumía que iba ganando, así que le tuve que ganar. Cuando Armando supo que le enseñé a Beidi, él también quiso aprender a jugar, y la penúltima o la última semana también le enseñé a él. También por ese tiempo llevé mis hilos de colores negro, el azul y el verde para hacer una pluma para Vianey, que le regaló a su novio, y le enseñé a Laura a hacerlas haciendo una con su nombre de color negro con letras azules, y ella para practicar hizo una para Pedro negra con letras verdes. Angélica también quiso aprender y le enseñé a ella también, y Jonathan vio como lo hacía, e hizo una para él sin que le tuviera que explicar cómo. La semana siguiente (cualquiera que haya sido, probablemente la penúltima) llevé todos los colores que tengo, para que hicieran las que quisieran. 
Después de que llegó Ely me di cuenta que tenía que empezar a ver quién sería mi reemplazo en el proyecto en el que trabajaba, porque tenía que prepararlo en dos semanas. Fui a ver a Eder muchas veces, y a Karina, y empezó la etapa del proyecto que llamó "el proyecto está detenido" o "regresó al principio, y tengo que hacer todo de nuevo". Había que cambiar el documento de requerimientos, agregarle unos cuantos detalles, y estar constantemente en reuniones con Karina o Eder para ver qué había que agregar... y del reemplazo, ninguna noticia. Intenté hablarle a la chava que supuestamente ya habían asignado al proyecto, pero nunca contestó. Incluso le mandé correo a dos chavos que solicitaban residencias ahí, como me dijo Karina, pero por una u otra razón, no se pudo que se quedaran ellos.
Estuve a punto de que me asignaran a Lady, que es una chava muy linda y amigable y sociable, pero no, ella se quedó trabajando en otra área. A la mitad de la sexta semana, un miércoles o jueves, me dijeron que otro chavo que apenas empezó su verano se quedaría con mi proyecto, así que lo llevé a mi área de trabajo para que conociera cómo estaban las cosas en ese momento. 
Después, le dije a Laura bien discretamente, que al menos me podrían haber mandado un reemplazo más simpático, ya que David no lo es tanto, y tiene un acento costeño por ser de Campeche, y había nuevos practicantes que se veían más simpáticos que él; de cualquier forma, eso no importó mucho, porque David resultó ser muy trabajador, y bromista, aunque no convivimos mucho.  
El viernes de esa sexta semana tuve cita en el Issste, así que regresé a mi casa desde el jueves en la tarde, por lo que no fui a clase de baile. Después Laura me dio la noticia de que la clase estuvo buenísima, porque la dio el compañerito, y casi no había tantos. 
El lunes de mi última semana me dijeron que habían asignado a otro chico de veranos a mi proyecto, y que le explicara cómo está el proyecto. Pasé por él a recepción, junto con David, para explicarles a los dos y que dijeran dudas los dos. Se llama Marcial, y también es de Campeche, y también tiene el mismo acento costeño que David, aunque me pareció más simpático. 
Cuando terminé de explicarles, se pusieron a hacer alguna otra cosa, y se me acercó un chavo alto, güero, de ojos bonitos que en ese momento me pareció guapo, para preguntar cosas de mi o mi proyecto o así. Se llama Miguel Ángel, es de México. Luego se fue, y regresó, y dijo que lo habían asignado a mi proyecto, pero también a otros, porque aunque también era de verano, decidió quedarse a hacer su residencia. Primero me sorprendí y le dije "como que ya somos muchos, ¿no?", pero después me pareció que esa observación mía podría haber sido un poco grosera, así que mejor le expliqué del proyecto, y cómo voy con la documentación, que es de lo que estaría encargado él. Y me dijo que le ayudara mucho a mis compañeros porque nunca habían programado aplicaciones web. Y todo el tiempo de la explicación y el tiempo que pasamos platicando lo veía muy directamente a los ojos, hasta le mandé un whats a Laura diciéndole que por fin me pusieron un reemplazo simpático, y que ya lo vería en cuanto llegara.

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